El Ascenso del Sur Global: ¿Un Nuevo Orden Mundial?
Imagina por un momento el mapamundi que tienes en tu mente. Probablemente veas los continentes, los países, las fronteras que hemos aprendido en la escuela. Pero ese mapa, fijo y familiar, está viviendo una transformación fascinante, una que redefine no solo la geografía económica y política, sino también las aspiraciones y el poder en el siglo XXI. Quizás has sentido este cambio en las noticias, en cómo se habla de ciertos países, en el peso creciente de voces que antes parecían periféricas. Estamos siendo testigos, y protagonistas, de un fenómeno que muchos analistas llaman el ascenso del Sur Global.
No es solo un término geográfico. De hecho, algunos de los países que se incluyen en este concepto están, literalmente, en el hemisferio norte, como India o China. El Sur Global es más bien una identidad forjada por experiencias históricas compartidas, principalmente el legado del colonialismo y el desafío común del desarrollo económico y social en un sistema internacional que a menudo ha favorecido a las potencias tradicionales. Es un colectivo diverso, sí, pero unido por el deseo de tener una voz más fuerte en el escenario mundial, de moldear su propio destino y de reequilibrar las dinámicas de poder.
Durante décadas, el orden mundial estuvo dominado por el Norte Global, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría. Las instituciones, las reglas, las narrativas, todo parecía fluir desde un eje Atlántico. Pero el mundo ha cambiado, y lo ha hecho a una velocidad vertiginosa. La globalización, las revoluciones tecnológicas, el acceso a la información, y sobre todo, el crecimiento económico sostenido en muchas regiones de África, Asia y América Latina, han empoderado a miles de millones de personas y a naciones enteras.
Ahora, la gran pregunta que resuena en capitales, foros internacionales y centros de pensamiento es: ¿Significa este ascenso que estamos ante un Nuevo Orden Mundial? Es una pregunta compleja, sin una respuesta simple de sí o no, porque la transición es un proceso dinámico, lleno de matices, avances y retrocesos. Pero lo que es innegable es que el viejo orden se está transformando, y el Sur Global es el motor principal de ese cambio.
El Corazón Vibrante del Ascenso: Economías, Demografía y Aspiraciones
Lo primero que impulsa este ascenso es, sin duda, el crecimiento económico. Países como China e India han liderado esta revolución, sacando a cientos de millones de personas de la pobreza y creando vastas clases medias. Pero el fenómeno va mucho más allá. Economías como las de Indonesia, Brasil, Sudáfrica, Nigeria, Vietnam, México y muchas otras, están experimentando un dinamismo sin precedentes. Sus mercados internos se expanden, sus industrias se diversifican, y se integran cada vez más en las cadenas de suministro globales, no solo como manufactureros de bajo costo, sino también como innovadores y consumidores.
Este crecimiento no solo genera riqueza, sino también confianza. Los líderes de estos países, sus empresarios y sus ciudadanos, se sienten con mayor capacidad para competir en el mercado global, para negociar en términos de igualdad y para definir sus propias prioridades de desarrollo. Ya no se ven a sí mismos como receptores pasivos de ayuda o de dictados externos, sino como socios potenciales, inversores y actores con intereses propios.
Otro factor crucial es la demografía. Mientras muchas naciones del Norte Global enfrentan el desafío del envejecimiento de la población y tasas de natalidad bajas, el Sur Global es, en gran medida, joven y creciente. Esto representa un bono demográfico significativo: una fuerza laboral abundante y enérgica que impulsa la producción y el consumo. Es un recurso invaluable en un mundo que necesita ideas frescas, innovación y capacidad de adaptación. Países africanos, en particular, se perfilan como centros de crecimiento poblacional y económico para las próximas décadas.
Además de la economía y la demografía, existe un factor de aspiración y conciencia colectiva. Los países del Sur Global, a pesar de sus diferencias, comparten una memoria histórica de haber sido marginados o explotados. Hoy, están unidos por el deseo de corregir esas injusticias históricas, de tener una participación justa en la gobernanza global y de construir un futuro más equitativo. Esta aspiración se manifiesta en su postura en foros internacionales, donde a menudo abogan por reformas en organizaciones como el FMI, el Banco Mundial o el Consejo de Seguridad de la ONU.
De la Periferia al Centro: El Peso Geopolítico Creciente
El impacto del ascenso del Sur Global se extiende más allá de la economía; está reconfigurando la geopolítica mundial. Los países del Sur Global ya no son peones en el tablero de ajedrez de las grandes potencias; se han convertido en jugadores con capacidad de maniobra y de influir en los resultados.
Vemos esto en la proliferación y el fortalecimiento de bloques y alianzas regionales y interregionales. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), con su reciente expansión, son el ejemplo más visible de un foro que busca ofrecer una alternativa a las estructuras de gobernanza global dominadas por Occidente. Pero hay muchos otros: la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la Unión Africana (UA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el G77 (un grupo mucho más amplio que agrupa a la mayoría de los países en desarrollo), y diversas iniciativas de cooperación Sur-Sur.
Estas agrupaciones no solo facilitan el comercio y la inversión entre sus miembros, sino que también actúan como plataformas de coordinación política. Les permiten presentar un frente unido en negociaciones internacionales sobre temas tan diversos como el comercio, el cambio climático, la salud global o la reforma del sistema financiero. Su creciente cohesión les otorga mayor peso en la mesa de negociaciones globales.
El Sur Global también se está convirtiendo en un campo de competencia estratégica para las potencias establecidas. Estados Unidos, Europa, China y otros actores buscan fortalecer sus lazos económicos, diplomáticos y de seguridad con estos países. Sin embargo, los países del Sur Global son cada vez más hábiles en navegar estas dinámicas, buscando diversificar sus alianzas y mantener su autonomía estratégica. Ya no se sienten obligados a alinearse exclusivamente con un solo bloque. Pueden, por ejemplo, comerciar activamente con China, recibir inversión europea, mantener lazos de seguridad con Estados Unidos y votar de forma independiente en la ONU. Esta multipolaridad en las relaciones internacionales es una característica definitoria del nuevo escenario.
Los Desafíos Internos y las Sombras del Desarrollo
Es vital reconocer que el concepto de «Sur Global» no es monolítico. La diversidad interna es enorme. Existen diferencias abismales en los niveles de desarrollo económico, los sistemas políticos, las culturas y los intereses nacionales entre, por ejemplo, un país de altos ingresos en América Latina, una economía emergente en Asia y un país de bajos ingresos en África.
El ascenso del Sur Global también viene acompañado de desafíos significativos. Muchos de estos países aún luchan contra la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la falta de infraestructura adecuada y la fragilidad institucional. El crecimiento económico, aunque impresionante en promedio, a menudo es desigual dentro de los propios países, creando nuevas brechas sociales. La gobernabilidad sigue siendo un desafío en muchas naciones, con presiones sobre los sistemas democráticos o la persistencia de conflictos internos.
Además, el Sur Global es particularmente vulnerable a los impactos del cambio climático. A pesar de haber contribuido históricamente menos a las emisiones de gases de efecto invernadero, son los primeros y más duramente golpeados por sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos. La adaptación y la mitigación del cambio climático son prioridades urgentes que requieren vastas inversiones y cooperación internacional, a menudo dificultada por la desconfianza histórica.
La dependencia de las materias primas sigue siendo una vulnerabilidad para muchas economías del Sur Global, haciéndolas susceptibles a la volatilidad de los precios internacionales. Superar esta dependencia a través de la diversificación económica y la industrialización sigue siendo un objetivo fundamental, pero complejo de alcanzar.
Reconocer estos desafíos internos no disminuye la importancia del ascenso del Sur Global, sino que subraya la complejidad de la transición global. Un «Nuevo Orden Mundial», si es que llega a materializarse plenamente, no será una utopía libre de problemas, sino un sistema con diferentes actores, diferentes dinámicas de poder y diferentes conjuntos de desafíos a gestionar.
¿Un Nuevo Orden Mundial o un Orden Transformado?
Volvamos a la pregunta central: ¿esto es un Nuevo Orden Mundial? La respuesta más probable es que estamos en medio de la construcción de un orden transformado, más multipolar, más complejo y menos predecible que el orden bipolar de la Guerra Fría o el breve período unipolar post-Guerra Fría.
Un Nuevo Orden Mundial implicaría un reemplazo total de las estructuras, normas e instituciones existentes. Lo que vemos, en cambio, es una presión creciente para reformar y adaptar esas estructuras. Los países del Sur Global no buscan necesariamente destruir organizaciones como la ONU o el FMI, sino que exigen que reflejen mejor la realidad actual del poder y la influencia, que les den un mayor poder de voto, y que sus preocupaciones y prioridades sean tomadas más en serio.
La emergencia del Sur Global también significa que no hay un solo centro de poder o una sola ideología dominante. Estamos moviéndonos hacia un sistema multipolar donde múltiples actores, tanto estatales como no estatales, ejercen influencia. Esto puede hacer que la cooperación en desafíos globales como pandemias, cambio climático o proliferación nuclear sea más difícil, ya que requiere coordinar intereses y perspectivas diversas. Sin embargo, también abre la puerta a soluciones innovadoras y a enfoques diferentes para los problemas globales.
El ascenso del Sur Global también está influyendo en las narrativas y los valores. El énfasis en la soberanía nacional, el derecho al desarrollo, la no interferencia en los asuntos internos, y a menudo, un enfoque diferente en temas como los derechos humanos o la gobernanza, desafían las normas y los valores que han prevalecido en el orden liberal internacional. Esto no significa necesariamente un rechazo total, sino una negociación y adaptación de esas normas para reflejar una diversidad de experiencias y perspectivas.
En el futuro cercano, hacia 2025 y más allá, podemos esperar que el Sur Global continúe consolidando su influencia. Veremos una mayor integración económica y política entre los países del Sur, una búsqueda continua de autonomía estratégica y una presión persistente para reformar la gobernanza global. La forma en que las potencias tradicionales se adapten a esta nueva realidad, y cómo el propio Sur Global gestione su diversidad y sus desafíos internos, serán factores determinantes para definir el contorno del orden mundial del futuro.
Una Visión Hacia Adelante: Co-creando el Futuro
Desde la perspectiva de PERIÓDICO PRO INTERNACIONAL, «el medio que amamos», vemos en el ascenso del Sur Global no solo un cambio tectónico en la geopolítica, sino una inmensa oportunidad. Es una invitación a entender un mundo más complejo, a escuchar voces diversas y a construir puentes de entendimiento. Este fenómeno nos recuerda que el progreso y la innovación no provienen de un solo lugar, sino que florecen en cada rincón del planeta cuando se dan las condiciones adecuadas: educación, oportunidades, libertad y respeto.
El futuro global se está co-creando. Las decisiones tomadas en Yakarta, Lagos, São Paulo o Delhi tendrán tanto o más peso que las tomadas en Washington, Bruselas o Tokio. Para navegar este mundo, es fundamental tener una perspectiva amplia, informada y empática. Debemos superar los viejos estereotipos y comprender la riqueza y complejidad de las sociedades del Sur Global, sus aspiraciones, sus logros y sus luchas.
Este ascenso no se trata de que un grupo de países reemplace la dominación de otro. La esperanza, la visión más inspiradora, es que conduzca a un orden mundial más equilibrado, más justo y más capaz de abordar los desafíos globales que nos afectan a todos. Un orden donde la cooperación Sur-Sur complemente la cooperación Norte-Sur, donde las instituciones globales sean verdaderamente representativas y donde la prosperidad sea más inclusiva.
Como lectores, empresarios, ciudadanos y soñadores, tenemos un papel en este cambio. Informarnos, conectar con personas de diferentes culturas, apoyar iniciativas que promuevan el desarrollo sostenible y la equidad en el Sur Global, invertir con visión de futuro, y abogar por un sistema internacional más justo y representativo. El ascenso del Sur Global no es solo un titular de noticias; es el telón de fondo de nuestro propio futuro, y entenderlo es el primer paso para participar activamente en su construcción. Este es un momento de transformación, lleno de desafíos, sí, pero rebosante de potencial para construir un mundo que refleje mejor la diversidad y las aspiraciones de toda la humanidad.
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