Desde 500 millones: indemnización al cliente de las lentejas con serpiente
En un impactante caso que ha sacudido al sector alimentario en Colombia, un consumidor ha anunciado su intención de demandar una indemnización de hasta 500 millones de pesos tras descubrir la cabeza de una serpiente en un paquete de lentejas, producto comercializado por la reconocida cadena Jerónimo Martins.
El consumidor, que ha difundido ampliamente su experiencia en redes sociales, respalda su reclamo con una serie de pruebas contundentes: cuenta con la factura de compra, fotografías y videos del hallazgo, correos electrónicos intercambiados con la empresa, y hasta conserva la muestra del producto, incluyendo la cabeza de la serpiente. Además, destaca que, tras consumir las lentejas, experimentó náuseas, vómitos y un repudio profundo, lo que ha deteriorado su confianza en la seguridad de los alimentos que se comercializan en el país.
Según el marco legal colombiano, en particular el Estatuto del Consumidor (Ley 1480 de 2011), los proveedores tienen responsabilidad objetiva por los productos defectuosos. Este caso se fundamenta en que el incidente no solo causó un daño físico y emocional, sino que también evidenció fallas graves en los controles de calidad de la empresa. Aunque el consumidor no precisó haber incurrido en gastos médicos, argumenta que el daño moral—manifestado en el estrés, la desconfianza y el tiempo invertido en gestionar la denuncia—justifica una compensación económica de gran envergadura.
Expertos en derecho del consumidor aseguran que la indemnización de 500 millones de pesos, aunque ambiciosa, podría ser viable si se demuestra de manera adecuada la magnitud del perjuicio sufrido. “La suma reclamada responde a la necesidad de resarcir un daño que va más allá de lo meramente económico, abarcando también el impacto emocional y la pérdida de confianza en la cadena alimentaria”, comenta un especialista en la materia.
Mientras tanto, la repercusión en redes sociales ha sido notable, con numerosos consumidores expresando su indignación y preocupación ante lo ocurrido. La presión mediática y social podría motivar a las autoridades a revisar y reforzar las normativas de control de calidad en la industria alimentaria, garantizando la protección de los derechos del consumidor.
Hasta el momento, Jerónimo Martins no ha emitido una declaración oficial sobre el incidente, y se espera que tanto la Superintendencia de Industria y Comercio como otros entes reguladores intervengan para esclarecer lo sucedido y evaluar las responsabilidades correspondientes.
Este suceso no solo pone en evidencia la importancia de una rigurosa supervisión en el sector alimentario, sino que también marca un precedente en la defensa de los derechos del consumidor en Colombia. El caso sigue en desarrollo y se espera que la demanda judicial, respaldada por evidencia sólida, impulse cambios significativos en la forma en que se gestionan y se aseguran la calidad y la seguridad de los productos en el mercado nacional e internacional.