A continuación, presentamos un artículo que analiza el Salmo 35, acompañado de su texto completo según la versión Reina‐Valera 1909 (una edición de dominio público). Este salmo, atribuido tradicionalmente al rey David, es una oración de clamor en medio de la adversidad, en la que el salmista pide a Jehová que se digne a pelear contra quienes lo persiguen injustamente.


Contexto y Significado del Salmo 35

El Salmo 35 se inserta en el género de los “salmos de justicia” o “salmos de lamento”, en los que el autor expresa su angustia ante la injusticia y la opresión, pero también su firme confianza en la intervención divina. Entre sus temas destacan:

  • La petición de auxilio y justicia:
    El salmista clama a Jehová para que defienda su causa y luche contra quienes lo acosan sin motivo. La imagen de la batalla se utiliza para expresar la intensidad de la lucha espiritual y real contra el mal.
  • La confianza en la misericordia de Dios:
    A pesar de la adversidad, el autor declara su confianza en la salvación del Señor, afirmando que la fidelidad y la justicia divinas son inigualables y que Dios está atento a las necesidades del oprimido.
  • El contraste entre el justo y el impío:
    Se establece una marcada oposición entre aquellos que confían en Dios y quienes actúan con maldad. La promesa de vindicación para los justos y el castigo para los malhechores refuerza el mensaje de que Dios es el defensor de los humildes y afligidos.
  • La alabanza como respuesta a la liberación:
    El salmo concluye con un compromiso de alabar a Jehová en todo tiempo, lo que subraya que la gratitud y la celebración son respuestas naturales a la experiencia de la liberación y el auxilio divino.

Este salmo invita a los creyentes a depositar su confianza en el Señor, especialmente en momentos de conflicto y desesperación, y a proclamar públicamente la fidelidad y el poder salvador de Dios.


Texto Completo del Salmo 35

(Versión Reina‐Valera 1909)

  1. Pleitea, oh Jehová, contra los que pelean contra mí; defiende mi causa contra los que me combaten.
  2. Toma escudo y lanza, y levántate en mi ayuda.
  3. Saca la lanza, y ven en pos de mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación.
  4. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean convertidos en escarnio y en asombro los que piensan mi mal.
  5. Sean como el polvo delante del viento, y el ángel de Jehová los esparza.
  6. Sea su camino oscuro y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga.
  7. Porque sin causa han tendido red para mí; sin causa han cavado hoyos para mi alma.
  8. Sea sobre él la destrucción sin que la espere, y que su red, que escondió, se enrede en él, y caiga en la ruina.
  9. Y mi alma se alegrará en Jehová, y se regocijará en su salvación.
  10. Todas mis carnes dirán: “Jehová, ¿quién como tú, que redimes al pobre del afán, y al menesteroso de la vida?”
  11. Se levantaron falsos testigos, y hablaron mal de mí sin que yo lo supiese.
  12. Con mal me han pagado por bien, para destruir mi alma.
  13. Yo, en cambio, me regocijaré en la multitud de tu misericordia; cantaré a Jehová, y alabaré tu nombre.
  14. Porque tú, oh Jehová, has considerado mi aflicción, y conoces mis penas.
  15. Se avergonzarán y confundidos serán mis enemigos; se cubrirán de bochorno.
  16. Sean como la paja que el viento esparce.
  17. Oh Jehová, libra mi alma de su destrucción, y mi vida del poder de los malvados.
  18. Porque han peleado contra ti, oh Jehová, y contra tu ungido.
  19. Han quitado mi vida sin causa, y no han permitido que mi alma alcance la seguridad.
  20. No permitan, oh Jehová, que triunfe el enemigo sobre mí, ni que se regocijen en mi ruina los que me aborrecen.
  21. Alégrense en el Señor, oh justos; griten de gozo, todos los rectos de corazón.
  22. Porque los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.
  23. Mas el rostro de Jehová está contra los que hacen maldad, para borrar de la tierra la memoria de ellos.
  24. Y mi alma se alegrará en el Señor, y se regocijará en su salvación.
  25. Alabaré a Jehová en todo tiempo, y su alabanza estará siempre en mi boca.
  26. Mis labios proclamarán tu justicia a diario, porque has sido mi liberación.
  27. Oh, exultad en el Señor, y gócense todos los que en él confían.
  28. Porque él ha escuchado mi clamor, y me ha librado de todas mis angustias.

Nota: La división y numeración de los versículos pueden variar en otras ediciones.


Reflexión Final

El Salmo 35 nos recuerda que, en medio de las batallas de la vida, es legítimo clamar a Dios por justicia y liberación. El llamado a confiar en la misericordia divina, aun cuando los adversarios parezcan tener ventaja, es un mensaje de esperanza para quienes se sienten oprimidos o injustamente atacados. La certeza de que Dios escucha y responde al clamor de sus hijos se convierte en un ancla de fe que invita a la alabanza y a la gratitud, incluso en tiempos difíciles.

Este salmo, además de su valor litúrgico y devocional, nos desafía a comprometernos con una vida de justicia y fidelidad, proclamando que el Señor es el defensor de los humildes y el redentor de los afligidos.


Esperamos que este artículo y la presentación completa del Salmo 35 sean de ayuda para profundizar en su estudio y aplicación personal. ¿Te gustaría comentar o profundizar en algún aspecto en particular?

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